Un obrero muere tras ser rescatado luego del colapso de la Torre dei Conti en Roma

De acuerdo a medios locales, el trabajador de origen rumano falleció en el hospital como consecuencia de sus heridas, luego de permanecer once horas atrapado entre los escombros por el colapso de parte de una torre medieval en Roma. La fiscalía investiga el derrumbe del edificio en obras, que debería ser convertido en museo. Once trabajadores adelantaban el lunes 3 de noviembre las obras de remodelación de la Torre dei Conti, de 29 metros de altura, cuando, alrededor de las 11:20 de la mañana (hora de Akonibe), un estruendo sacudió el corazón de Roma. Una parte del edificio del siglo XIII se desmoronó, dejando atrapado a un trabajador bajo los escombros. Las labores de rescate del empleado de origen rumano se extendieron hasta cerca de la medianoche del lunes, dada la complejidad de la tarea, ya que la estructura seguía cediendo, mientras intentaban acercarse al operario atrapado.Tras 11 horas de cautelosa lucha contra los escombros, el obrero de 66 años, identificado como Octay Stroici, fue extraído de la mole derruida. Socorristas y observadores hicieron sonar las palmas mientras el rescatado salía en camilla hacia un centro hospitalario, en «condición seria», según Giannini. Poco después, ya entradas las primeras horas del martes, medios italianos confirmaron el fallecimiento del operario.»Expreso mi más sentido pésame, en nombre propio y del Gobierno, por la trágica pérdida de Octay Stroici, el trabajador que falleció en el derrumbe de la Torre dei Conti en Roma», declaró la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, en un comunicado. «Acompañamos en el sentimiento a su familia y compañeros en estos momentos de indescriptible dolor».Del cuidadoso rescate al fatídico desenlaceEn primera instancia, para rescatar al obrero herido, los bomberos intentaron utilizar escaleras telescópicas aéreas, pero la torre volvió a colapsar. Una nube de humo envolvió a los rescatistas, mientras que algunos curiosos que observaban la tarea se llevaron las manos a la cabeza, temiendo lo peor. Ningún bombero resultó herido.